La irrupción de la pandemia ocasionada por el coronavirus y la posterior emergencia sanitaria establecida en nuestro país, impulsó a las universidades a generar múltiples estrategias e idear soluciones para adecuar las actividades académicas, de investigación y extensión, y garantizar de esta manera la continuidad de la formación de los estudiantes.
En este nuevo escenario, marcado por el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio que comenzó el 20 de marzo de 2020 como medida para evitar la propagación del virus, la Facultad de Ingeniería puso en marcha un proceso de adaptación récord que migró la presencialidad al entorno virtual. Comenzó a gestarse una nueva forma de relacionarse con su comunidad, mediada por la tecnología digital.
Con el imperativo de respetar el calendario académico establecido y asegurar el cumplimiento de sus funciones esenciales, la FIUNER emprendió una serie de acciones para seguir con las actividades de enseñanza y aprendizaje en la virtualidad, acompañando a los estudiantes y docentes en el desafío que supone adoptar estos nuevos procesos pedagógicos. A través del área de Educación a Distancia se desarrollaron cursos de formación para los docentes a fin de brindar recomendaciones de uso de la plataforma virtual e implementar nuevas herramientas didácticas al proceso educativo. Para continuar con el cursado de las carreras de pregrado, grado y posgrado se crearon más de 50 aulas virtuales y más de 100 aulas específicas para los exámenes finales de aproximadamente 170 asignaturas. Asimismo, se matricularon cerca de 500 estudiantes en las distintas materias que se dictaron a distancia durante el primer cuatrimestre.
Los cursos de posgrado también emprendieron el desafío de adaptarse ante las condiciones que impuso el aislamiento. Se ajustaron las planificaciones, reemplazando y adecuando las actividades presenciales a la modalidad virtual a distancia. De esta forma, en el primer cuatrimestre se desarrollaron tres cursos de la Especialización en Ingeniería Clínica, dos cursos de la Especialización en Sistemas Embebidos y otro curso para la Maestría en Ingeniería Biomédica y el Doctorado en Ingeniería. Las actividades, además de sostener la formación, permiten ganar experiencia en el dictado de cursos de posgrado en esta nueva modalidad. Se trata de un objetivo que se viene desarrollando desde antes de la pandemia, a través del Área de Educación a Distancia con capacitaciones en el uso de TICs, y que se reforzará a partir de la experiencia que significa este período.
Por otra parte, la FIUNER se propuso colaborar con los organismos públicos y privados, con el sistema sanitario de la región y con la sociedad en su conjunto, poniendo a disposición las capacidades tecnológicas y los recursos humanos especializados, en una dimensión cuyo alcance ya ha permitido visualizar resultados concretos. Tal es el caso del Grupo de Trabajo para Apoyo a la Emergencia Sanitaria. La iniciativa conformada por investigadores, docentes, extensionistas, alumnos, graduados y personal de la casa, ha generado un espacio de trabajo colaborativo, junto con otros profesionales del país y del mundo, para contribuir desde sus campos de conocimientos a desarrollar herramientas para combatir el Covid-19. El grupo interdisciplinario cuenta con diversas líneas de trabajo: Equipamiento Médico, Prototipado Electrónico e Impresión 3D, Ensayos y Calibración de Equipos Médicos, Bioseguridad, Salud Pública, Información de interés para Ingenieros Clínicos y Modelización Computacional. Han puesto en valor a la universidad pública y han propiciado un nuevo rol como soporte científico de los organismos del Estado en sus tres niveles, nacional, provincial y municipal.
Entre las acciones de investigación, extensión y vinculación tecnológica iniciadas durante la emergencia destacan el desarrollo de la app Relevar, que comenzó como prueba piloto en barrios vulnerables de Paraná y Diamante y ya es utilizada por centros de salud en Misiones, Tierra del Fuego y Chile. El diseño de una máscara de protección facial pensada para el personal de salud, en colaboración con empresas de proyección internacional que las están produciendo a gran escala para resolver la demanda del país y de Latinoamérica. Los ensayos y calibración de equipos médicos en uso y elaboración de un protocolo de bioseguridad para hospitales. El desarrollo de una herramienta de modelización espacio-temporal para predicción del impacto del clima, los confinamientos sociales y las distintas estrategias de salud pública sobre la pandemia Covid-19. La vigilancia tecnológica enfocadas a estudios clínicos sobre el uso de dispositivos de diagnóstico rápido para COVID-19 en instituciones de salud de la Provincia de Entre Ríos. Las capacitaciones a los efectores de salud de todo el país en la adaptación de los respiradores de anestesia de la firma ADOX, como alternativa provisoria y de bajo costo para su uso en pacientes afectados por Covid-19 con necesidad de ventilación asistida. La puesta en marcha de proyectos de Estrategias de Articulación Territorial, que tienen como objetivo potenciar el entorno provincial en su dimensión social, económico-productiva y tecnológica.
Este contexto tan singular quedó lejos de significar el cese de las actividades de la FIUNER. Cabe destacar cómo la institución dio continuidad en tiempos adversos a las obras de infraestructura planificadas. Así fue con la construcción del Espacio Colaborativo de Trabajo (Coworking); la finalización de obras de los Laboratorio I+D+i en el marco del proyecto FITR Salud; refacción y puesta en valor de galerías, baños y espacios de descanso; y la instalación de más oficinas modulares para el IBB. Las mismas fueron proyectadas para mejorar el ámbito de desarrollo de las tareas diarias de toda la comunidad y representan, por qué no, el crecimiento continuo de la Facultad.
Por último, es preciso remarcar el compromiso y el desafío que ha significado para toda la comunidad continuar con las tareas vinculadas a la gestión administrativa en la virtualidad. En este sentido, es ponderable el esfuerzo realizado por seguir manteniendo dichas actividades, teniendo en cuenta la carencia de mecanismos que faciliten el trabajo a distancia (como la firma y el expediente digital, entre otros) y que claramente se presentan como oportunidades de mejora para producir y repensar nuevas formas de trabajo.
