El proyecto de extensión “Acciones directas de vigilancia y vinculación tecnológica enfocadas a estudios clínicos sobre nuevas tecnologías de diagnóstico rápido para COVID-19 en instituciones de salud de la provincia de Entre Ríos” deja una experiencia de gran valor para conocer y analizar las condiciones de posibilidad de la extensión universitaria y los desafíos que afronta la vinculación tecnológica en momentos extraordinarios para los sistemas científico y sanitario.
El trabajo, dirigido por el profesor Pablo Schierloh, titular de la cátedra de Estructuras Biomoleculares de la carrera de Bioingeniería, junto al docente Matías Machtey y el becario Lucas Wiebke, se desarrolló durante tres meses en el marco de la emergencia sanitaria nacional y provincial por la pandemia de coronavirus.
La iniciativa surgió al conocerse una serie de propuestas de innovación en tests rápidos basados en nuevas tecnologías, realizadas desde el sistema científico nacional como alternativas al diagnóstico standard del COVID-19. El objetivo fue conformar un observatorio tecnológico que coordine acciones para traer este tipo de estudios clínicos a hospitales y sanatorios municipales de la provincia de Entre Ríos, en los cuales realizar pruebas de campo de esas nuevas técnicas de diagnóstico.
Las actividades incluyeron: vigilancia tecnológica y evaluación crítica sobre emprendimientos públicos nacionales y regionales de desarrollo de metodologías diagnósticas interesados en realizar estudios de campo en el mediano y corto plazo; contactos con autoridades de instituciones sanitarias provinciales que pudieran ser receptivas de estudios; y búsqueda de posibles vínculos entre estudios candidatos e instituciones receptoras, entre otras.
El profesor Pablo Schierloh se refirió a las actividades concretadas, las extraordinarias condiciones del contexto de pandemia para desplegar acciones de vinculación, con gestiones sanitarias signadas por una dinámica sumamente variable conforme se desenvolvía la pandemia, y las dificultades que esto impuso al cumplimiento de los objetivos del proyecto, pero también a los aprendizajes realizados para la tarea de vinculación y a los contactos establecidos para futuras propuestas.
“Nuestro foco cambió con el foco de la pandemia”
El director del trabajo mencionó que muchos de los proyectos de diagnóstico alternativo “estaban en fases muy iniciales. No todos tenían productos como para probar en campo. Hablamos con unos 30 investigadores y habrán quedado dos o tres que podían llegar a tener proyección”. En cambio, otros “ya estaban para fase comercial” y tampoco podían traerse a la provincia para estudios preliminares en pacientes.
Sobre las tareas desempeñadas, Schierloh destacó que la vigilancia tecnológica, efectuada con alumnos de la cátedra de Estructuras Biomoleculares, “estuvo muy buena, trabajamos bastante con los estudiantes” y repasó algunas acciones.
Cuando comenzaron a registrarse como una problemática los contagios de COVID-19 en el personal de salud, desde el equipo se contactaron con un proyecto de estudio clínico de spray de carragenanos para uso preventivo a la infección. Vincularon un grupo de investigación del Hospital de Clínicas de Buenos Aires e investigadores del Conicet con el hospital de La Baxada.
Además, se trabajó con el hospital Santa Rosa de Villaguay a partir de la readecuación de un ala del nosocomio para trabajo específico por Covid. “Hicimos dos visitas y realizamos algunas sugerencias sobre otros sistemas y readecuaciones parecidas, analizamos los sistemas de protección personal y aprovechamos el encuentro con el equipo del hospital para dar una charla sobre la biología del virus, interacción que estuvo muy buena”, recordó Schierloh.
También se estableció contacto con un estudio clínico que está llevando a cabo la Sociedad Argentina de Infectología, preventivo, que combina dos drogas que se usan cotidianamente para HIV. “Traté de vincularme con la gente de Rosario para traer el estudio acá pero no tuve recepción. Uno cuando quiere hacer vinculación tiene que estar consciente de que eso pasa, no siempre se tiene receptividad”, advirtió el profesor.
Y sintetizó que “el proyecto empezó orientado al diagnóstico y lo llevamos hacia la problemática según iba surgiendo. Tenía un sentido al principio cuando no había tantos casos, pero tornó hacia estudios que se ocupen de los pacientes. Nuestro foco cambió con el foco de la pandemia. Y ahora estamos buscando otros estudios clínicos que estén en marcha para traerlos a la provincia”.
Sobre las condiciones en las que se llevó adelante, Schierloh admitió que “el contexto no favoreció. Epidemiológicamente, hubo mucho tiempo de oro cuando la provincia no tenía muchos casos. Era el momento para fortalecer. Ahora esos estudios ya estarían en marcha y se hubiese capitalizado la cantidad de pacientes que hay hoy en día”. Sin embargo, comentó que en esa fase, algunos meses atrás, los equipos de salud “no estaban tan interesados porque no había casos acá. Y ahora, que la cosa está mucho más peligrosa, no es momento de proponerles que desarrollen estudios clínicos, porque están superados en su actividad”.
Aprendizajes para la vinculación
El profesor valoró la experiencia. “El aprendizaje es que hay que plantearse cierto margen de error, o que no se lleven a cabo todos los proyectos que uno empieza. De todo lo que nosotros buscamos, la ínfima parte llegó a alguna fase y muchas vinculaciones quizás ni siquiera se concreten. Pero la tarea de vinculación es así”, aclaró.
Otro aprendizaje que destacó es que “el tiempo es crucial. Uno tiene que actuar en el momento y ser lo suficientemente insistente y claro como para convencer a los hospitales de que está bueno hacer estudios clínicos y que redundan en beneficios para los pacientes”, explicó.
“Todo es un aprendizaje y algunos vínculos que pudimos hacer quedan para futuras propuestas”, resaltó.
La necesidad de vinculación para Entre Ríos
Por otra parte, Schierloh observó que “no tienen mucha experiencia en Entre Ríos los estudios clínicos que vienen del sector público, los no patrocinados desde la industria farmacéutica, que pone mucho dinero”. Por lo tanto, planteó el desafío de “traer otros estudios clínicos que surjan del sector público. Me gustaría continuar con esto, ya sea en el marco de la pandemia o cuando esto se supere, desde la cátedra o armar una red de colaboración con profesionales”.
Y remarcó: “que no sea simplemente probar un producto en una población hospitalaria, sino atender a problemáticas y preguntas que emerjan del sector público. Me gustaría que desembarquen a la provincia estudios clínicos de enfermedades que no sean tan atractivas del sector privado y que surjan de universidades y otros ámbitos del sector público”.