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El análisis genómico sugiere que "los madrugadores" tienen mejor salud mental.

30 de enero de 2019 | Comunicado de prensa original de la Universidad de Exeter

 

El estudio, publicado en Nature Communications, sugiere que el estar programado genéticamente para levantarse temprano, puede conducir a mayor bienestar y menor riesgo de esquizofrenia y depresión. Sin embargo, a pesar de muchas especulaciones previas, los resultados no revelaron ningún vínculo fuerte con enfermedades como la diabetes o la obesidad.

El estudio fue realizado por una colaboración internacional, liderada por la Universidad de Exeter y el Hospital General de Massachusetts y financiado por el Consejo de Investigación Médica. Resalta el papel clave de la retina al ayudar al organismo a mantener el registro del tiempo. También aumenta de 24 a 351 el número de áreas del genoma conocidas por influir en el hábito de madrugar.

El profesor Mike Weedon, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter, quien dirigió la investigación, dijo: “este estudio resalta un gran número de genes que se pueden estudiar con más detalle para averiguar cómo diferentes personas pueden tener diferentes relojes corporales. El gran número de personas implicadas en nuestro estudio proporciona las evidencias más robustas hasta la fecha de que los noctámbulos poseen mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental, como la esquizofrenia y menor bienestar mental, aunque se necesitan estudios adicionales para comprender plenamente como está ligado este hecho.”

El trabajo se llevó a cabo en 250.000 participantes de Estados Unidos y 450.000 personas del Reino Unido. A todos los participantes se les preguntó si eran “madrugadores” o “noctámbulos” y se analizaron sus genomas para ver qué genes tenían en común que pudieran influir en sus patrones de sueño.

Los investigadores confirmaron sus resultados, utilizando información de muñequeras rastreadores de actividad física, usados por más de 85.000 individuos en el Biobanco del Reino Unido. Esta información mostró que las variantes genéticas que los investigadores identificaron podrían cambiar el tiempo natural de despertar de una persona en hasta 25 minutos –cambiando el tiempo de vigilia de algunas personas de 8,00 hs. AM a 8,25 hs. AM, por ejemplo. Los investigadores descubrieron que las áreas genéticas influyen en el tiempo de sueño, pero no en la calidad o duración del sueño.

Las regiones genómicas identificadas incluyen las centrales de nuestros relojes corporales, también conocidos como ritmos circadianos, así como los genes expresados en el cerebro y en la retina. El ciclo del reloj corporal es ligeramente más largo que el ciclo diario de 24 horas. La conexión del tejido ocular puede ayudar a explicar cómo el cerebro detecta la luz para “restablecer” el reloj corporal cada día y para alinearse con el ciclo de 24 horas.

Nuestros relojes corporales están influenciados por genes y factores de estilo de vida, incluyendo la dieta, la exposición a la luz artificial y nuestros trabajos y actividades. Nuestro reloj corporal afecta a una amplia gama de procesos moleculares, incluyendo los niveles hormonales y la temperatura corporal central, así como nuestros patrones de vigilia y sueño.

El autor principal, el Dr. Samuel E. Jones, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter, dijo: “el descubrimiento de este mecanismo de reloj corporal fundamental en el cerebro recientemente ganó el Premio Nobel de Medicina en 2017. Sin embargo, todavía sabemos muy poco acerca de si el reloj corporal influye o no en el riesgo de enfermedad.”

“Nuestro trabajo indica que, parte de la razón por la que algunas personas se levantan con las alondras, mientras que otros son búhos nocturnos es debido a las diferencias en la forma en que nuestros cerebros reaccionan a las señales externas de luz y el funcionamiento normal de nuestros relojes internos. Estas pequeñas diferencias pueden tener efectos potencialmente significativos sobre la capacidad de nuestros relojes corporales para mantener el tiempo eficazmente, potencialmente alterar el riesgo de enfermedades y trastornos mentales."

Este artículo ha sido republicado a partir de los materiales proporcionados por la Universidad de Exeter.

 

Nota: el material puede haber sido editado por su longitud y contenido. Para obtener más información, póngase en contacto con la fuente citada.

Referencia: Jones, S. E., Lane, J. M., Wood, A. R., Hees, V. T. van, Tyrrell, J., Beaumont, R. N., … Weedon, M. N. (2019). Genome-wide association analyses of chronotype in 697,828 individuals provides insights into circadian rhythms. Nature Communications, 10(1), 343. https://doi.org/10.1038/s41467-018-08259-7

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 




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