Cual “huellas dactilares”, las bacterias intestinales pueden predecir los efectos secundarios de la radioterapia

4 de Octubre de 2019 | Historia original del Instituto de Investigación del Cáncer

 

Un nuevo estudio muestra que es posible tomar una “huella dactilar” de la mezcla de bacterias intestinales que puede indicarnos cuán susceptibles al daño intestinal son los pacientes con cánceres de próstata y ginecológicos que han sido tratados con radioterapia.

Los investigadores mostraron que tener una diversidad reducida de bacterias intestinales se asoció con un mayor riesgo de daño inmediato y retardado al intestino después de la radioterapia. Si los pacientes con mayor riesgo de efectos secundarios intestinales pudieran ser identificados antes de la radioterapia, podrían recibir procedimientos tales como trasplantes fecales para tratar o incluso prevenir daños.

Tomando las huellas bacterianas del intestino del paciente

Un equipo del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres, The Royal Marsden NHS Foundation Trust y el Imperial College London estudiaron la huella dactilar bacteriana y las muestras fecales de 134 pacientes en diferentes etapas antes y después de la radioterapia de próstata y de ganglios linfáticos pélvicos.

El estudio tenía como objetivo ver si había una diferencia en la combinación de bacterias intestinales entre los pacientes que sufrieron daño intestinal después de la radioterapia en comparación con aquellos que no la habían recibido.

El papel de las bacterias intestinales y los efectos secundarios de la radioterapia

La microbiota intestinal contiene el mayor número de “bacterias saludables” del cuerpo humano. Éstas juegan un papel vital en la digestión de los alimentos y en el mantenimiento del sistema digestivo saludable. Cada persona posee en su intestino un microbioma bacteriano diferente único, como una huella dactilar bacteriana.

Los investigadores estaban interesados en evaluar el papel que desempeña la microbiota en la respuesta de los pacientes a la radioterapia. Alrededor del 80% de los pacientes reportan un cambio en los hábitos intestinales después de la radioterapia pélvica, y que entre el 10 y el 25% tienen daños intestinales, que a largo plazo que deterioran su calidad de vida.

El daño intestinal a menudo puede provocar sangrado, diarrea, dolor abdominal, náuseas y pérdida de peso, y puede ocurrir tanto durante o poco después de la radioterapia, como posteriormente (hasta unos tres meses después).

Los investigadores encontraron que los pacientes que tenían un alto riesgo de daño intestinal tenían niveles entre 30 y 50% más altos de tres tipos de bacterias, y menor diversidad general en su microbioma intestinal, que los pacientes que no habían sido sometidos a ninguna radioterapia.

Esto sugiere que los pacientes con microbiomas intestinales menos diversos y altos niveles de las bacterias –Clostridium IV, Roseburia y Phascolarctobacterium– son más susceptibles al daño intestinal.

Los investigadores también creen que estos pacientes pueden requerir más “bacterias saludables” para mantener un intestino sano y, por lo tanto, pueden ser más susceptibles a los efectos secundarios cuando estas bacterias mueren por la radiación.

¿Cómo podría prevenirse el daño intestinal?

Esta nueva investigación es la primera en explorar los efectos protectores del microbioma y en la prevención de los efectos tardíos de la radioterapia en los pacientes. La siguiente etapa será explorar si es posible tratar o prevenir el daño intestinal en personas con huellas dactilares de microbioma de alto riesgo, potencialmente dándoles trasplantes fecales, o alterando la dosis de radiación dada.

El profesor David Dearnaley, profesor de Uro-Oncología en el ICR y consultor clínico oncólogo en The Royal Marsden sostiene que: "La radioterapia prostática y de los ganglios linfáticos pélvicos es una forma importante de controlar el cáncer, pero puede provocar daños intestinales y efectos secundarios desagradables para el paciente, que a menudo pueden ser duraderos y bastante graves".

“Nuestro estudio es el primero en mostrar que las bacterias intestinales tienen una influencia importante en cómo los pacientes son susceptibles a los efectos secundarios gastrointestinales de la radioterapia. Todavía tenemos que hacer más estudios para confirmar el papel de las bacterias saludables, pero si podemos identificar a los pacientes con el mayor riesgo de daño intestinal, podríamos intervenir para controlar, tratar o incluso prevenir los efectos secundarios de la radiación. Por ejemplo, si se pudiesen detectar tratamientos microbianos, como los trasplantes fecales, podría mejorar sustancialmente la calidad de vida de los pacientes”.


Este artículo ha sido republicado a partir de los siguientes materiales y editado para adecuar su longitud y contenido. Para obtener más información, ver la fuente citada.

Referencia: Ferreira, M.E. et al. (2019) Microbiota- and Radiotherapy-Induced Gastrointestinal Side-Effects (MARS) Study: A Large Pilot Study of the Microbiome in Acute and Late-Radiation Enteropathy. Clinical Cancer Research. DOI: https://doi.org/10.1158/1078-0432.CCR-19-0960

 

 

 

 

 




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