Crédito: Mohamed Nohassi/Unsplash
Un mapeo de los circuitos neuronales de la espiritualidad
2 de septiembre de 2021| Historia original de Elsevier
Durante mucho tiempo los científicos han sospechado que la religiosidad y la espiritualidad podrían mapearse a circuitos cerebrales específicos, pero la ubicación de esos circuitos era desconocida. Ahora, un nuevo estudio empleando una tecnología novedosa y datos del conectoma humano (mapa de conexiones neuronales), ha permitido identificar un circuito cerebral que parece mediar ese aspecto de nuestra personalidad. El trabajo aparece en el journal Biological Psychiatry, publicado por Elsevier.
El estudio, dirigido por Michael Ferguson, investigador en el Centro de Terapéutica de Circuitos Cerebrales en el Brigham and Women's Hospital, Boston, MA, EE. UU., muestra que los circuitos cerebrales de la espiritualidad se centran alrededor de un área del tronco encefálico llamada substanciagris periacueductal (PAG).
“Muchos pacientes rutinariamente informan que las experiencias espirituales y religiosas se encuentran entre los eventos más significativos de sus vidas. Sin embargo, la ciencia médica históricamente ha sido tímida a la hora de estudiar empíricamente los impactos de la espiritualidad o sus mecanismos fisiológicos”, afirma el Dr. Ferguson.
“Ahora, estamos en un momento de suficiente apertura cultural en la ciencia y, además, capacidad tecnológica en mapeo cerebral y ya no necesitamos ser tan tímidos al examinar la espiritualidad, utilizando nuestros mejores métodos científicos”.
Algunas personas con enfermedades neurológicas como la esquizofrenia experimentan alucinaciones o ideaciones que son de naturaleza religiosa o espiritual.
Estudios previos han demostrado que las personas con cierto tipo de epilepsia o con daño en áreas específicas del cerebro podrían experimentar alteraciones en su identificación espiritual. Investigaciones anteriores también han indicado que las experiencias religiosas no son el producto de una región cerebral en particular, que no existe el llamado “lugar de dios”, sino que la espiritualidad probablemente surge de la actividad dinámica en múltiples regiones del cerebro.
Con el fin de mapear el circuito cerebral recién descubierto, el Dr. Ferguson y sus colegas examinaron los datos recopilados previamente sobre la espiritualidad autoinformada de 88 pacientes antes y después de someterse a una cirugía por un tumor cerebral. Luego, los investigadores utilizaron una técnica llamada mapeo de redes de lesiones para analizar cómo el sitio de la lesión de cada paciente, o tumor, interactúa con el resto del cerebro utilizando un conjunto de datos de conectomas. Ese análisis reveló que el PAG es un centro crítico para los cambios en la identificación espiritual. El Dr. Ferguson y el equipo confirmaron la importancia del PAG mediante el análisis de datos recopilados previamente de 105 veteranos de la Guerra de Vietnam que experimentaron traumatismo craneal.
El PAG es una estructura cerebral evolutivamente antigua conocida por sus funciones en los comportamientos de respuesta al miedo y las funciones autónomas, como la regulación de la frecuencia cardíaca. El PAG es quizás más conocido (y más estudiado) por su papel en la amortiguación del dolor al desencadenar la liberación de opioides endógenos, los propios analgésicos del cerebro.
El Dr. Ferguson y sus colegas se sorprendieron al encontrar los circuitos de la espiritualidad centrados en el PAG, en lugar de regiones cerebrales “superiores” como la corteza, que generalmente se asocia con la función cognitiva y los pensamientos abstractos.
El Dr. Ferguson agregó: "El hecho de que nuestros resultados en este estudio apunten a una estructura evolutivamente antigua del tronco encefálico para definir un circuito para la espiritualidad es potencialmente significativo por varias razones. Entre las razones materiales más inmediatas está que el [PAG] es bien conocido por mediar la inhibición del dolor. Esto lleva a la curiosidad sobre las formas en que la espiritualidad podría ser clínicamente relevante para ayudar a manejar el dolor físico y emocional.
“El hecho de que el [PAG] también esté involucrado en el apego y la vinculación, también puede insinuar explicaciones mecanicistas para la observación emergente de que la espiritualidad puede integrarse efectivamente en la psicoterapia. Estas son, por supuesto, las primeras especulaciones sobre la posible relevancia clínica para la neurociencia de la espiritualidad; sin embargo, el hecho, de que haya mucho más trabajo por hacer en esta área es estimulante y motivador”
John Krystal, MD, editor del journal Biological Psychiatry, dijo sobre el trabajo: “Es importante entender que este estudio no sugiere que la religión o la espiritualidad en personas sanas sean de ninguna manera anormales. Más bien, este estudio identifica circuitos en el cerebro que nos permiten tener experiencias religiosas o espirituales. Los investigadores han creído durante mucho tiempo que estos circuitos existen, porque algunas enfermedades mentales y neurológicas pueden estar asociadas con alteraciones en las experiencias religiosas, como alucinaciones religiosas o delirios. Sin embargo, el estudio del Dr. Ferguson y sus colegas ahora mapea los circuitos cerebrales involucrados en la experiencia religiosa y la espiritualidad con nueva precisión”.
Referencia
Ferguson MA, Schaper FLWVJ, Cohen A, et al. A neural circuit for spirituality and religiosity derived from patients with brain lesions. Biol. Psychiatry. 2021;0(0). doi: 10.1016/j.biopsych.2021.06.016
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